Día de mercado

Los arquitectos interpretan el mercado actual

Hoy en día, con todas nuestras necesidades de consumo al alcance de un click, la noción de compra a tiempo real en tiendas físicas se ve amenazada; una amenaza que se hace todavía más inminente teniendo en cuenta la homogeneización de la tipología de calle comercial. Sin embargo, ciertos modelos de venta al por menor parecen escapar de esta tendencia. El mercado local, ya sea dentro de un conjunto arquitectónico o ya sea organizado informalmente en el contexto urbano existente, no solo está sobreviviendo, sino que está progresando. Los siguientes ejemplos muestran cómo la arquitectura comercial, un espacio de experiencia sensorial, interacción social y poesía tridimensional, puede revitalizar y canalizar un programa que va más allá del retail y promueve espacios compartidos para acercar comunidades dispersas.

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Mercado Dada al aire libre en la ciudad tailandesa de Nakorn Ratchasma. Imagen de Pilin Hongwittayakorn

Mercado Dadad, Tailandia. Bangkok Tokyo Architecture + OPH

Este mercado efímero al aire libre en Nakorn Ratchasima, una ciudad ubicada a unos 250 kilómetros al noreste de Bangkok y puerta a las provincias del noreste de Tailandia, está construido al lado de un centro comercial. Gracias al clima tropical de la zona, las calles tienden a animarse por la noche, con vendedores ambulantes de comida y comerciantes que dan color y vida al espacio público. El mercado Dadad (la palabra significa ‘abundante»’ en la jerga local) está configurado como una matriz de cajas de luz flotando en el aire que iluminan la gran diversidad de productos en venta. El mercado cubre un área de 340 metros cuadrados y forma un microcosmos de callejones y plazas que recrean el contexto local urbano. Los pabellones están construidos mediante tubos y abrazaderas estándares procedentes de andamios, que pueden desmontarse y volverse a montar en otro lugar, revestidos con paneles corrugados de acrílico translúcido. Una simple cubierta de lata protege el mercado de la lluvia.

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Café en Boxpark, mercado de alimentos en Croydon, en el sur de Londres. Imagen de Nick Caville

Boxpark Croydon, Londres. Building Design Partnership

Boxpark es un mercado de comida y de venta al por menor construido con contenedores de transporte reacondicionados. El primer mercado se construyó en Shoreditch en 2011. El segundo, Boxpark Croydon, es un mercado de comida, que cuenta con un espacio anexo para eventos. Está compuesto por 96 contenedores de transporte organizados alrededor de un espacio cubierto central con mesas compartidas y un escenario que se usa para una gran variedad de actividades (conciertos, eventos deportivos y proyecciones de películas). Una estructura de metal de dos pisos integra los contenedores apilados, las pasarelas y otros elementos. Los elementos gráficos y la señalética es original y atrevida.

Este mercado forma parte del proyecto de reurbanización de Croydon Vision 2020 y se concibió como un punto de encuentro para las múltiples comunidades locales. La variedad ecléctica de comida y bebidas refleja las muchas culturas del sur de Londres, el área más poblada de la ciudad. Diseñado siguiendo la tradición de los típicos mercados al aire libre, con el foco de atención puesto en la plaza central, se trata de un espacio vibrante y animado, que ejemplifica la nueva arquitectura comercial.

Mercado de pescado en el muelle histórico de Bergen, en Noruega. Imagen de Norbert Miguletz

Mercado de pescado en el muelle histórico de Bergen, en Noruega. Imagen de Norbert Miguletz 

Mercado de pescado, Bergen, Noruega. Eder Biesel Arkitekter

Encaramado sobre el borde de la muralla del embarcadero en el muelle histórico de Bergen, los arquitectos de este proyecto quisieron aportar un espacio que funcionara tanto de plaza de mercado como de vestíbulo. La estructura está concebida como un refugio que protege el mercado. Cuenta con un primer piso que acoge un programa paralelo de equipamientos públicos, información turística y el Norwegian Sea Food Centre. El volumen de sección rectangular parece flotar sobre el borde del muelle; la planta superior está revestida con una piel de vidrio y listones de madera pintados en colores que evocan a la ciudad: ocre, rojo oscuro y blanco, que se alternan en ritmo y densidad.

El borde del muelle se adaptó a principios del siglo xx para acoger a los barcos de vapor y, antes de eso, a los veleros que estaban amarrados entre los almacenes. El proyecto actual señala este borde histórico en el pavimento del muelle con el objetivo de reconocer la importancia del mar y del mercado en el desarrollo de Bergen a lo largo de los siglos, en este nuevo ejemplo de arquitectura comercial.